domingo, 31 de agosto de 2014

La Epopeya de Gilgamesh

Descripción de la ruta:
El presente viaje tiene como finalidad recrear los periplos que el rey Gilgamesh tuvo que afrontar en su búsqueda de la inmortalidad tal y como lo reseña el poema épico. Siguiendo la interpretación preliminar sugerida por el historiador español Pedro Lara Peinado en su traducción al español del Poema de Gilgamesh: 
"Desde Uruk, junto con su amigo Enkidu, el héroe sumerio se desplazará hasta los montes del Líbano, famosos por la producción de cedros y otras coníferas, para luchar contra Humbaba. Logrado su objetivo, desde tales montes regresarán ambos amigos otra vez a Uruk. Al morir en esta localidad Enkidu, Gilgamesh, que ha quedado profundamente impresionado, emprende la búsqueda de la inmortalidad. Saliendo nuevamente de Uruk y vagando por estepas, llanuras y desiertos, llegará hasta algún punto costero del Mar Rojo, en donde se halla a la diosa-ninfa Siduri. Acompañado después por Urshanabi, a través del golfo de Adén y el Océano Indico, tras remontar el golfo de Omán, penetrará en el golfo Pérsico y en una de las islas Bahrein hallará finalmente, a Utnapishtim. Tras indicarle a Gilgamesh la existencia de una planta de la juventud eterna, que logrará obtener, pero que perderá por causa de una mítica serpiente, el héroe sumerio remonta finalmente su viaje por el golfo Pérsico, llegando por vía fluvial a su patria, Uruk, desde donde, preocupado por sus dudas y deseoso de averiguar qué ocurre en el Más Allá, se desplazará a Nippur, Ur y Eridu en búsqueda de su amigo Enkidu". (Lara Peinado, 1988, pp. 83-84).
La ruta seguirá el mismo patrón pero con algunas modificaciones. En primer lugar llegaremos al aeropuerto de Beirut en el Líbano desde el cual nos dirigiremos a la cordillera del Líbano, donde realizaremos ecoturismo hasta presenciar Qurnat as Sawda, el punto más alto de la cordillera. De ahí partiremos hasta Bagdad donde posteriormente nos dirigiremos a los restos de la antigua ciudad asiria de Nínive, cercana a la actual Mosul en Irak. En dicha ciudad presenciaremos los restos de la Biblioteca de Asurbanipal,en donde fueron halladas una de las versiones más completas del poema de Gilgamesh. Luego descenderemos parcialmente por el río Tigris hasta los restos de la ciudad de Uruk, célebre por ser el lugar de origen de nuestro protagonista. Visitaremos los restos de las ciudades de Nippur, Ur y Eridu y comprenderemos su importancia para la asiriología y la historia del mundo antiguo en general. Descenderemos por el Éufrates hasta el Golfo Pérsico, desde el cual llegaremos hasta las islas Bahrein, donde presenciaremos las ruinas de la civilización de Dilmún y gozaremos de los sitios turísticos de la capital Manama. Seguiremos por el golfo de Oman hasta llegar al golfo de Adén desde donde ascenderemos por el Mar Rojo cruzando el canal de Suez hasta el Mediterráneo, donde nos dirigiremos a Estambul, concluyendo así nuestra travesía.
Mapa de la ruta:

La ruta en imágenes:

Monte Qurnat as Sawda, la elevación más alta de todo Líbano.

Murallas de la antigua ciudad asiria de Nínive, sede del palacio del rey Asurbanipal.

Restos de la ciudad de Uruk, capital de la civilización sumeria y lugar de origen del rey Gilgamesh.

Fortificación de Dilmun, en el actual Bahrein. Considera la tierra donde residía Utnapishtim y considerado un importante enclave comercial de la antigüedad.

Relieve de Gilgamesh. Museo de Louvre, París.
Historia:
El poema de Gilgamesh tiene una profunda signifación en la historia del pensamiento de la Antigüedad. Su relevancia consiste en poner de frente al hombre ante las preocupaciones suscitadas por la toma de consciencia de la propia mortalidad, pero valiéndose para ello de importantes recursos líricos y escriturales.
Entre las simbologías que lo integran podemos señalar la contraposición entre lo urbano y lo rural recreada por la enemistad entre Gilgamesh y Enkidu, pero a su vez la mutua complementariedad de ambos que puede apreciarse en la amistad de ambos, lo cual alude a la necesidad de la ciudad de las actividades económicas del campo y viceversa. En ese sentido, si tomamos en consideración el lugar de enunciación del poema podemos ver que se corresponde con la necesidad de expansión que los crecientes procesos de urbanización demandan para Uruk. Las largas travesías de Gilgamesh pueden dar cuenta de este proceso: en primer lugar, la llegada de Gilgamesh y Enkidu al bosque de los cedros y la posterior derrota que le propinan al gigante Humbaba puede leerse como la supeditación de la naturaleza a las actividades humanas. En segundo lugar, la llegada de Gilgames a Dilmun puede leerse como la necesidad de concretar nuevas rutas comerciales para satisfacer las necesidades básicas de la creciente población sumeria. Por último, en un sentido mucho más metáforico, la travesía alude al autodescubrimiento, a la necesidad de la toma de distancia para poder apreciarse mejor. En ese orden de ideas, el poema de Gilgamesh da cuenta de una sociedad humana que está atravesando procesos de complejización, aunadas a sus avances técnicos y sus logros culturales (como la escritura).
Puede verse en la figura de Gilgamesh una sinonimia con personajes de la cultura helenista y romana como Odiseo y Eneas. En ese sentido Gilgamesh cumple una función fundacional: la prosperidad de la ciudad es deudora de los grandes logros acometidos por un héroe acreedor de un linaje divino.
Siguiendo a Hooke, el increible número de dioses que pueblan la mitología mesopotámica se debe a que cada familia, ciudad y civilización posee un regente divino y entre ellos se establece una relación jerárquica. Gilgamesh es divinizado en la medida que es regente de una ciudad-estado y es responsable de su bienestar y apogeo. En ese sentido, al decir de Algaze, Uruk empieza a considerarse como el núcleo del mundo conocido y a desarrollar una relación de centro-periferia con las demás culturas y comunidades.
La imagen de Gilgamesh presenciando las murallas construidas de Uruk tienen un sentido ampliamente moralizante: la infelicidad que produce sobrepasar los límites que los dioses han establecido. Pero a su vez tiene un sentido completamente racional, a saber, el reconocimiento de la importancia de las acciones y legados de los hombres dejados por los hombres en vida, la magnifiencia de Uruk es deudora de las proezas y hazañas gestadas por Gilgamesh. Por eso, podemos concluir que Gilgamesh más que un personaje histórico, es un símbolo de unidad y desarrollo en una sociedad cada vez más preocupada por tomar consciencia de sí misma a la par de sus grandes logros técnicos y culturales.
Referencias:
Algaze, Guillermo. (2004). El sistema-mundo de Uruk. La expansión de la primera civilización mesopotámica. Barcelona, Edicions Bellaterra.
Anónimo. (1988). Poema de Gilgamesh. Traducción de Federico Lara Peinado. Madrid, Editorial Tecnos.
Hooke, S. H. (1960). Historia de las religiones. Tomo II. Colección Universitaria Hutchinson. Barcelona, Vergara Editorial. 

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