Descripción de la ruta:
La ruta pretende recrear la compleja dinámica de rutas comerciales antiguas que se establecieron en el espacio geográfico de la antigua Mesopotamia. Dada su ubicación, la travesía no procederá en orden cronológico sino en la cercanía de las ciudades, pero tomando en cuenta la pertenencia de las ciudades antiguas a las civilizaciones sumeria y acadia, incluso a la civilización eblaita.
En primer lugar llegamos a la ciudad de Beirut, capital del Líbano desde donde partiremos a los restos de la antigua ciudad de Karkemish, importante centro comercial y por ello razón recurrente de conflictos entre los antiguos imperios. Desde allí partiremos a la antigua ciudad de Mari, ubicada en la actual Tell Hariri, y considerada una importante ciudad sumeria y amorrea.
Posteriormente, ascenderemos por el territorio para visitar tres importantes ciudades del antiguo imperio asirio: Nínive, Nimrud y Ashur en respectivo orden. Ciudades estas herederas de la impronta cultural y los avances tecnológicos sumerios, a la vez que incluían en su proceder elementos semíticos importantes.
Luego descenderemos por el río Éufrates hasta llegar a las antiguas ciudades acadias de Sippar, Akkad y Kish; importantes por ser la sede de los gobiernos centralizados y expansionistas de Sargón I, de sus hijos Rimush y Manishtusu, y posteriormente de Naram-Sin.
Posteriormente viajaremos hasta la ciudad de Nippur, importan centro urbano clave para entender las dinámicas expansionistas durante la expansión comercial en Mesopotamia y sede del dios Enlil, importante figura legitimadora de la hegemonía política.
Proseguiremos el recorrido con la visita a importantes centros urbanos sumerios que permitirán comprender el alcance de la dinámica expansionista en Mesopotamia; Umma, Lagash, Uruk y Ur.
Viajaremos hasta los restos de la ciudad de Eridu, una de las ciudades sumerias más antiguas y cuya importancia comercial puede apreciarse por su cercanía al Golfo Pérsico, Concluiremos la travesía llegando hasta el país de Irán para visitar los restos de la antigua ciudad de Susa, capital del imperio elamita, este último un importante rival geopolítico de las civilizaciones sumeria y acadia.
Mapa de la ruta:
La ruta en imágenes:
Imagen de E. Lawrence y L. Woolley en el yacimiento arqueológico de Karkhemish, ubicada entre las actuales Siria y Turquía, en la orilla occidental del río Éufrates.
"Mari, en Siria, fue una de las grandes ciudades de Mesopotamia. Fue un centro de comercio en el río Eufrates y fue fundada hace unos 7.000 años. Los arqueólogos han descubierto el palacio gigante de un gobernante sumerio, un templo de Ishtar, y una enorme biblioteca con más de 25.000 tablillas de arcilla escritas en cuneiforme acadio" Texto e imagen tomado de:
http://gadling.com/2011/09/15/ancient-city-of-mari-in-syria-under-threat/
Relieve del rey cazando al león en los muros del palacio de Nínive. Museo Británico. Imagen tomada de: www.boundless.com
Un Lamassu o toro alado proveniente de la ciudad de Nimrud. Museo Británico.
Restos de la antigua ciudad de Nimrud, también conocida como Kalhu.
"Ashur (Qal'at Sherqat), Iraq - La antigua ciudad de Asur está situada en el río Tigris en el norte de Mesopotamia, en una zona geo-ecológica específica, en el límite entre la agricultura de secano y de regadío. La ciudad data del 3er milenio antes de Cristo. Desde el 14 hasta el 9 de siglos antes de Cristo fue la primera capital del Imperio Asirio y un ciudad-estado y el comercio de importancia internacional. También sirvió como la capital religiosa de los asirios, asociado con el dios Ashur. La ciudad fue destruida por los babilonios, pero revivió durante el período de los partos en los siglos segundo y primero después de Cristo". Imagen y texto tomados de: arabiantravelnews.com
Sippar se encuentra a 35 km al sudoeste de Bagdad cerca de la moderna ciudad de Yussufiyeh. Tomada de: www.dainst.org/
Pese a su constante nombramiento en tablillas cuneiformes, esculturas y relieves, los historiadores y arqueólogos aún no logran dar cuenta de la ubicación exacta de la antigua ciudad de Akkad (Agadé en español), capital del imperio Acadio, pero realizan aproximaciones y conjeturas de su ubicación geográfica a partir de la información suministrada por las fuentes, como la estatua de Bassetki mostrada en la figura. Se piensa que la ciudad pudo estar ubicada en la situación la confluencia de los ríos Diyala y Tigris, en las afueras de Bagdad.
Excavaciones de las ruinas de Kish. Imagen tomada de: bajolabovedaceleste.blogspot.com
La excavación del templo Nippur fotografiado por John Henry Haynes en 1893. Imagen tomada de: archive.archaeology.org
"Ashur (Qal'at Sherqat), Iraq - La antigua ciudad de Asur está situada en el río Tigris en el norte de Mesopotamia, en una zona geo-ecológica específica, en el límite entre la agricultura de secano y de regadío. La ciudad data del 3er milenio antes de Cristo. Desde el 14 hasta el 9 de siglos antes de Cristo fue la primera capital del Imperio Asirio y un ciudad-estado y el comercio de importancia internacional. También sirvió como la capital religiosa de los asirios, asociado con el dios Ashur. La ciudad fue destruida por los babilonios, pero revivió durante el período de los partos en los siglos segundo y primero después de Cristo". Imagen y texto tomados de: arabiantravelnews.com
Sippar se encuentra a 35 km al sudoeste de Bagdad cerca de la moderna ciudad de Yussufiyeh. Tomada de: www.dainst.org/
Pese a su constante nombramiento en tablillas cuneiformes, esculturas y relieves, los historiadores y arqueólogos aún no logran dar cuenta de la ubicación exacta de la antigua ciudad de Akkad (Agadé en español), capital del imperio Acadio, pero realizan aproximaciones y conjeturas de su ubicación geográfica a partir de la información suministrada por las fuentes, como la estatua de Bassetki mostrada en la figura. Se piensa que la ciudad pudo estar ubicada en la situación la confluencia de los ríos Diyala y Tigris, en las afueras de Bagdad.
Excavaciones de las ruinas de Kish. Imagen tomada de: bajolabovedaceleste.blogspot.com
La excavación del templo Nippur fotografiado por John Henry Haynes en 1893. Imagen tomada de: archive.archaeology.org
Las excavaciones en Nippur, Iraq, vista desde el suroeste con el Zigurat en el fondo, 1961. Tomada de: https://www.tumblr.com/search/nippur
Fotografía satelital en la cual se comparan las ruinas de la antigua ciudad de Umma entre el 2003 y el 2010, dando cuenta de la enorme devastación producida por el grado de inestabilidad política iraquí. Tomada de:
"Ciudad antigua en Sumer, el sur de Mesopotamia, en lo que hoy es el sudeste de Irak. Su ubicación corresponde al actual Tell al-Hiba, cerca del río Tigris, a 60 km al noroeste de Basora". Texto e imagen tomada de: http://i-cias.com/e.o/lagash.htm
Imagen del templo de Eanna en las ruinas de la antigua ciudad de Uruk. "La arquitectura de Uruk se produce generalmente a partir de ladrillos de barro. Está raramente bien conservado y con frecuencia sólo reconocible en los cimientos de un edificio. Este edificio sigue siendo más alta que en muchas capas. La preparación detallada de los restos arquitectónicos y el análisis de los niveles individuales de construcción, por lo tanto se convirtieron en un enfoque metodológico de las excavaciones de Uruk". Texto e imagen tomados de: www.dainst.org
Las ruinas, con el Zigurat de Ur visible en el fondo.
"La antigua ciudad de Shush (Susa), capital de Elam, era una ciudad importante y floreciente antes del advenimiento del Islam. Excavaciones científicas comenzaron en el año de 1891 por misiones arqueológicas francesas, y han sacado a la luz numerosos restos y reliquias de una civilización prehistórica. Los objetos y utensilios hallados en el estrato más bajo son de cobre, lo que ha permitido atribuir esta capa a la Edad del Cobre, mientras que la existencia de la loza de barro de color amarillo, decorado con motivos de animales y diseños geométricos han evidenciado la existencia de una industria de fabricación de cerámica en Irán, entre los 3000-2500 años antes de Cristo.
En el segundo estrato de esta ciudad elamita, un gran número de objetos de piedra, cobre y otros metales, y algunos cilindros de hueso se han descubierto, mientras que los estratos más altos han puesto de manifiesto cilindros, alfileres de cobre, de barro colorido.
En todas estas secciones, amplias reliquias incluyendo cerámica, armas, objetos ornamentales, trabajos en metal, artículos de bronce, así como tabletas que llevan las huellas de la escritura pictográfica se han descubierto. Del mismo modo, numerosas tablillas de arcilla y piedra se han descubierto en Susa, que datan de 1700 a.C. Los textos de estas tablillas son generalmente de tipo documental, legal o contractual". Texto adaptado e imagen tomados de: www.persevoyages.com/iran.susa.htm
"Diorita, época de Akkad, hacia el 2370 a.C. Cubierto por 1519 casillas de escritura de grafismo puro; el texto consigna compras de tierras realizadas por el rey en la región de Kish y que donó a sus oficiales para asegurar su fidelidad. Esta política de estimulo a la propiedad modificó profundamente la organización de Mesopotamia". Texto e imagen tomados de: www.historiaantigua.es
"Relieve del rey Sargón II (721-705 a.C.) y visir. Encontrado en Khorsabad. Los relieves del rey Sargón II (721-705 aC) en Khorsabad representaron temas de procesión, tributo, criaturas mitológicas, y expediciones. El relieve de arriba muestra Sargón (a la derecha) llevando la corona de cono real, y descansando su brazo izquierdo sobre su vaina". Imagen y textos tomados de: www.ancientreplicas.com
Historia:
Entender la dinámica comercial que emanó de la expansión
territorial de las civilizaciones sumeria y acadia, solo es posible en la
medida que se tiene en cuenta la evolución urbanística y productiva que
significó la transición de la aldea a la ciudad. Solo en la medida que los
pobladores ampliaban las hectáreas de trabajo de sus respectivas ciudades, se
logró la producción de excedentes que posteriormente pudieron ser almacenados
en los templos y luego comercializados. Pero a su vez, la consolidación de los
centros urbanos más importantes de Mesopotamia se debe a la confluencia de la
prosperidad económica facilitada por las tecnologías de producción agrícola y
la conformación de rutas comerciales. En el caso de Lagash y Nippur, ciudades
sumerias que no solo aunaron la prosperidad económica a la estabilidad
político, sino también al patronazgo religioso. Como lo precisa Jacobsen: “El papel de centros religiosos donde
afluían ofrendas votivas desde una zona muy extensa, así como los beneficios
obtenidos de las funciones de mercado, pueden explicar la aparición y
florecimiento de esos centros” (Cotterell, 1984, p. 146).
A partir de lo anterior, podemos apreciar que el templo y
el palacio (muchas veces identificados como el mismo edificio de proporciones
monumentales) no solo se erigen como centros de poder religioso o político
(identificados también como uno solo: el poder real dado que no se puede hablar
de sociedades secularizadas propiamente dichas) sino también como importantes
lugares de almacenamiento de bienes y excedentes agrícolas, lo que les brinda a
su vez un importante atractivo comercial. Así vemos en los periodos sumerio y
acadio una asociación intrínseca entre el templo y el mercado, relación que
mucho tiempo después sería erradica por la tradición judeocristiana, con la
expulsión de los mercaderes del templo efectuada por Jesucristo.
No obstante, esa correlación de un mismo lugar de ofrenda
religiosa e intercambio comercial solo puede entenderse en un escenario
sociocultural donde el mismo sacerdote desempeña una función de ordenamiento
social y político. A diferencia del “Lugal”,
cuya presencia es requerida en tiempos de guerra o amenazas externas, el “En” como líder carismático se ocupa de
la administración y la producción. La distinción de ambos cargos supone la
oscilación que la vida cotidiana de la antigua Mesopotamia entre los tiempos de
guerra y los tiempos de estabilidad. La proliferación de conflictos entre los
diversos centros urbanos por un lado, y las constantes oleadas bárbaras
procedentes de los montes Zagros y el desierto Arábigo por otro, supuso el
establecimiento de un clima de inestabilidad que amenazaba por poner en riesgo
las actividades comerciales mesopotámicas. Siguiendo la lectura de Jacobsen:
“Las razones de
esas guerras internas son complejas y variadas: enfrentamientos por conseguir
una zona fértil situada entre dos ciudades-estado vecinas, deseos de obtener
botín y dominio por parte de algún guerrero ambicioso o un creciente deseo de
paz y seguridad interna, objetivos lejanos que solo mediante una hegemonía enérgicamente
ejercida podían alcanzarse” (Cotterell,
1984, p. 152).
El clima de inestabilidad política prevaleciente requirió de
la acción conjunta de medidas diplomáticas y coercitivas para asegurar el
dominio del territorio y la preservación de las rutas comerciales. Por ejemplo,
la constante nominación y autoproclamación de los monarcas como “rey(es) de las
Cuatro Zonas” alude a la importancia de mantener el control supremo del espacio
vital ocupado. Dicha afán podemos apreciarlo en las decisiones de Shulgi, rey
de Ur y sucesor de Ur-Nammu, quien “acabó
haciendo suya la antigua política ambiciosa de vigilar todas las rutas comerciales
y, una vez más, asumió el título de ‘Rey de las Cuatro Zonas’. Al mismo tiempo
(…) hizo que le divinizaran en vida”. (Ibídem, p. 167). No obstante, las
posteriores incursiones amorreas y elamitas terminaron por debilitar a las
antiguas ciudades sumerias más relevantes (Nippur, Ur, Uruk), abriendo paso a
la posterior caída del Imperio Sumerio.
Si bien el comercio, al igual que el pastoreo, la
agricultura y la pesca, se erigió como una actividad económica fundamental para
los sumerios; estás actividades fueron retomadas por las sucesivas generaciones
que poblarían Mesopotamia y alzarían sus propios imperios. Lo que tienen en
común ciudades como Kish, Agadé, Babilonia o Ctesifonte es que son capitales, y
a su vez, importantes centros comerciales, pues se encontraban ubicadas entre
las grandes rutas comerciales que unían el Este con el Oeste (ver mapa).
La ascensión de Sargón I en Kish, respaldado por el relato
de su origen divino, supuso un cambio en la orientación geopolítica que tomaría
el territorio enmarcado entre las riberas del Tigris y el Éufrates. Con Sargón
I inicia la centralización del poder en Mesopotamia. Su puesta en práctica de
medidas de pacificación por la fuerza, la conformación de un vastísimo ejército
y la sustitución de los “Ensi” (reyes
locales) por administradores de confianza, deja entrever la búsqueda de
ostentar el poder real y evitar cualquier germen de inconformidad que pueda
desencadenar una revuelta social. Con la erección de Acad (Agadé) como capital
del imperio acadio, se dejaba entrever “la
importancia del comercio para la ciudad y la necesidad de mantener las rutas
comerciales”. En ese sentido, las medidas implementadas consistían en “vigilar los caminos, evitar que los jefes
cobraran aduanas e impedir que los salteadores y las tribus salvajes de la montaña
robaran las caravanas que avanzaban pesadamente cargadas” (Ibídem, p. 172).
Para garantizar dicho control, Sargón se valía de la amenazadora fuerza de sus
ejércitos.
Los reyes acadios posteriores (Rimush, Manishtusu,
Naram-Sin, Shar-Kali-Sharri) prosiguieron con las medidas establecidas por
Sargón: Impusieron una autoridad central con el fin de evitar las guerras entre
las ciudades-estado y encargada de ejercer un arbitraje de conflictos
interinos. No obstante, el uso desmedido de la fuerza para garantizar la
cohesión termino por intensificar las tendencias separatistas. De ahí que fuera
necesaria, como posteriormente se apreciará, la creación de un código legal de
amplia divulgación para garantizar el control y la unidad de los territorios
conquistados. Necesidad que Hammurabi considerará en la elaboración de su
famoso código, uno de los pilares que garantizaron el florecimiento de
Babilonia.
Referencias:
Jacobsen, Thorkild. Sumer. En: Cotterell, Arthur (Ed.). (1984). Historia de las civilizaciones antiguas. 1. Egipto, Oriente Próximo. Barcelona: Editorial Crítica, pp. 143-170.
Jacobsen, Thorkild. Acad. En: Cotterell, Arthur (Ed.). (1984). Historia de las civilizaciones antiguas. 1. Egipto, Oriente Próximo. Barcelona: Editorial Crítica, pp. 171-184.
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